Dos lecturas para preadolescentes en español

Hoy les proponemos dos libros para los alumnos de 11 a 14 años. La lectura –como comentábamos en un artículo anterior- es un complemento excelente de los manuales o libros que utilizamos en clase, desarrolla la competencia de la comprensión escrita y favorece la adquisición de vocabulario en su contexto.

Por eso es recomendable reservar un tiempo para leer en clase en voz alta –con lo cual trabajaremos la pronunciación y la comprensión oral- o hacerlo como tarea para casa. En este caso, es conveniente hacer un seguimiento con preguntas para comprobar el trabajo realizado. (no es necesario que sea por escrito).

“Cuentos de la Selva” de Horacio Quiroga.

El primer libro que les recomiendo es “Cuentos de la Selva” de Horacio Quiroga. Nivel intermedio alto, preferentemente para alumnos de español como lengua materna. Para mí era un autor desconocido y ha sido todo un descubrimiento. Dicen de él que es el Rudyard Kipling de Sudamérica.

Los animales son los personajes de estas historias; a través de ellos aprenderemos cómo se relacionan con otras especies, con los hombres y descubriremos la fauna y la naturaleza típicas de América del Sur (los yacarés, el río Yabebirí, las serpientes ñacaninás).

Los cuentos tienen una similitud con las fábulas y hay una reflexión o moral detrás de ellos interesante, a menudo crítica con la realidad de las cosas, otras veces tierna y algunas violenta. Es curiosa también la amistad y ayuda mutua que se prestan los hombres y los animales. Asombrosa capacidad narrativa y estilo único. El vocabulario es rico, novedoso y hay que trabajarlo con el diccionario.

“La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne

El segundo libro que les recomiendo es más asequible que el anterior, pensado para estudiantes de español como lengua segunda. Se trata del clásico “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne, adaptado por Ángel Burgos en la colección de libros Kalafate. Estos libros siguen los principios de la Lectura Fácil en cuanto a la tipografía visual del texto y la simplicidad lingüística, a la vez que permiten disfrutar de la calidad literaria de los clásicos. Hay notas de vocabulario al margen de las páginas que facilitan la lectura de las aventuras de este viaje fantástico de Phileas Fogg.

Los alumnos recorrerán Italia, Egipto, la India, Japón y otros países en tren y barco en esta apuesta de conocimiento de culturas, peripecias y aprendizaje.

Al final del libro hay una sección interesante con preguntas abiertas sobre el texto para trabajar la comprensión. Ponen en relación la historia con preguntas personales sobre los alumnos que parecen pensadas para trabajar oralmente en clase.

Consulta otros artículos sobre la enseñanza del español

Las ideas y opiniones aquí expresadas pertenecen al autor. No se pueden copiar ni reproducir sin su consentimiento y son la base de un material que se publicará con posterioridad

Cómo motivar a nuestros estudiantes de ELE.

Hay un proverbio de la filosofía oriental que dice:

“Cuando el alumno está listo, el profesor aparece”.

La frase refleja una cierta actitud ante la vida, al igual que la capacidad de crear nuestro propio destino. Y pone también en perspectiva nuestra labor como profesores al tiempo que nos atribuye la misión de dar a nuestros alumnos aquello que necesitan.

Desde este contexto, es fácil enseñar porque los alumnos tienen una clara voluntad de aprender. He podido comprobar por mi experiencia cómo la motivación tiene un efecto directamente proporcional en el aprendizaje. Y me atrevería a decir que es exponencial. He visto a algunos alumnos alcanzar un nivel intermedio alto de la lengua en poco más de un año, lo que tiene mucho mérito  y se debe, sin duda, a su esfuerzo y dedicación.

Cuando los alumnos tienen un “enganche” con la lengua -sea por el motivo que sea- , hay que tener en cuenta que el aprendizaje tendrá lugar de manera bastante autónoma, con menor esfuerzo aparente por su parte, y que avanzarán a ritmo de crucero. En estos casos, nuestra labor como profesor consistirá en observarles y en asistirles en todo cuanto necesiten.

Las clases particulares representan una oportunidad inmejorable para aumentar el ritmo y avanzar en todas las competencias de la lengua: podemos proporcionarles textos de lectura más complejos con gramática y vocabulario de mayor nivel, animarles a escribir composiciones más largas, e incorporar audios y videos de su nivel. Si se trata de un grupo, dichos alumnos nos pueden servir de referencia para explicar nuevos contenidos y establecer interacciones con un mayor grado de dificultad.

También es labor nuestra conseguir que este período de “gracia”, -podemos decir- se mantenga el mayor tiempo posible.

Hay alumnos que son exigentes consigo mismos y que desean aprender muy rápidamente, lo que a veces puede provocar, en el caso de los niveles intermedios, una cierta desmotivación. En nuestra mano está el hacerles comprender la imposibilidad de avanzar al mismo ritmo de antes ¿no les parece?

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De la importancia de la lectura como estudiantes de español

Hace unas semanas le presté a una alumna un libro que pensaba iba a serle de utilidad. Es cierto que no lo había leído -salvo dos capítulos- pero me parecía adecuado para su nivel, intermedio alto. Se trataba de un libro de literatura juvenil cuya acción transcurría en la época pre-medieval en España. Me parecía que el contexto histórico del personaje -un joven cristiano que habitaba en la Córdoba del siglo XI, reino de esplendor del califato árabe- sería interesante. Me equivoqué. Resulta que el vocabulario empleado contiene bastantes palabras de origen árabe que dificultaban la lectura. También la diferencia cronológica entre nuestro calendario y el árabe suponía un freno, aunque ponga el año en los dos. Y la alumna me lo devolvió diciendo que era un poco difícil.

Esto me supone una buena lección. Leer proporciona un contexto cultural fundamental en el aprendizaje que ningún manual puede suplir. Por eso es un complemento esencial del mismo que no se debe descuidar incluso desde los comienzos. Pues si hay algo que he comprobado a lo largo de mis años de experiencia como profesor de español es que los alumnos son capaces de leer frases desde las primeras clases. De ahí la importancia de leer libros adaptados a cada nivel, con una gramática y un vocabulario adecuados.

Es cierto que los niños en los colegios están saturados con tantas asignaturas y libros, pero los libros con ilustraciones y temas atractivos (aventura y misterio son los más  comunes) son una estupenda manera de que aprendan sin recurrir a conjugaciones ni a vocabulario fuera de contexto.

Respecto a los adultos, está claro que ellos mismos lo demandan si tienen interés. Sobre todo los alumnos francófonos pueden comprender con facilidad la mayoría de los textos, por la similitud con su lengua. En el  librito que sigo con mis alumnos hay una historia que continúa capítulo a capítulo y que les gusta, sin duda. Los tiempos verbales se van adaptando a los contenidos que se aprenden y el vocabulario va ganando en complejidad. Todas las semanas, como parte de los deberes, leen un poco y puedo comprobar la mejora de esta competencia. Además, da pie a comentarios que favorecen la dinámica de la clase. Y utilizan el diccionario, otro de los temas que hemos tratado anteriormente.

Resumiendo, no cualquier libro  es válido para un estudiante, pero bien es verdad que los hay  adecuados a todos los niveles y preferencias. En nuestra mano está, como profesores, el encontrarles «guante a su medida»

En Las Américas tenemos una gran selección de lecturas graduadas para cada nivel de aprendizaje, desde el debutante hasta el más avanzado.

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Sin prisa pero sin pausa

¿En cuánto tiempo aprenderé español?

En nuestra era de la información, es difícil tener tiempo para escribir o leer, debido a que todo parece estar ya escrito o leído. Quizás el camino sea el contrario, reducir la cantidad de información que leemos, releer los buenos libros que tenemos y apreciar más los contenidos que nos sean provechosos. Además el ritmo de vértigo de nuestros días hace que todo parezca antiguo, aunque sea de ayer.

Hoy les hago algunas reflexiones sobre el aprendizaje de nuestros alumnos. La experiencia nos dice que muchos son los que comienzan a estudiar un idioma y bastantes menos los que llegan a un nivel avanzado del mismo. Creo que hay varios factores en ello: es cierto que hay una buena motivación en todos los estudiantes el primer día de clase, pero también es cierto que tras el primer contacto, algunos deciden no continuar. Quizás por desconocimiento de las propias capacidades o por desconocimiento del desafío en sí –esto es, ser un poco ingenuo al pensar que va a ser rápido y fácil- . También hay un porcentaje de personas que quieren probar todo tipo de actividades, ya sean culturales, deportivas o de ocio: así, da igual hacer un curso de cocina, que yoga, que aprender español, o jugar al tenis.  Todo ésto es posible, pero necesita claro, tiempo. Y priorizar lo que se quiere, por supuesto.

Siempre digo que aprender un idioma -por experiencia propia- requiere dos factores: tiempo y dinero. Hay que ser realistas y tener un horizonte temporal claro. Cuando algunos alumnos me preguntan cuánto tiempo se necesita para hablar bien español, les digo que depende de ellos, pero que un mínimo de dos años para poder tener una conversación de cierto nivel. Y tres años mejor todavía.

También hay que hablar de los objetivos de cada uno. Así, no es lo mismo aprender español para desenvolverse en un viaje por Sudamérica de tres semanas que necesitar el español para el trabajo. O irte a vivir a un país de habla hispana.

La paciencia y la humildad para aprender por último, son poco amigas de nuestra época, lo que decíamos al principio. Todos somos muy buenos hablando nuestra lengua materna e incluso una segunda, pero ya no tanto una tercera. Y es una buena lección, para todos los que hemos estudiado durante años otros idiomas.

Transmitir estas ideas en la clase, o sea, reflexionar sobre el aprendizaje también es parte del proceso mismo, ¿no les parece?

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Sugerencias para alumnos tímidos

A todos nos gustaría tener una varita mágica para solucionar todos los problemas que tenemos en el aula. Si además fuera instantánea, el genio de la lámpara habría otorgado dos de los deseos más preciados. Pero la realidad es otra, para bien o para mal. Es verdad que los alumnos tímidos no molestan, no incordian en el aula con otros alumnos y puede que asimilen bien los contenidos académicos, pero en cuestión de aprendizaje de lenguas, es obvio que se necesita la expresión oral.

Quizás dominen el resto de las competencias: comprensión, expresión escrita y comprensión oral. Si es el caso, el alumno tiene una buena base y lo único que necesitamos es invitarle a vencer su timidez.

Grupos pequeños

Para comenzar, podemos intentarlo en grupos de 3 o 4 alumnos, puesto que hablar ante 30 personas puede provocar cierto miedo escénico, sobre todo en caso de niños o adolescentes.

Aficiones del alumno tímido

El recurso a las aficiones del alumno tímido es otra idea para animarle a soltarse un poco, ya que todos hablamos con pasión de las cosas que nos gustan.

Pedir opinión

Un tercer recurso sería hacer un proyecto oral en grupo, en el que cada participante diera su opinión sobre un tema determinado. Seguro que en este caso el miedo sería más llevadero. Si además son personas con las que tienen afinidad en clase, parece el mejor de los escenarios.

Lectura

También se me ocurre con este tipo de alumnos que leer una composición previamente escrita en casa sea una manera de ayudarles. Si dominan el resto de las competencias,  se sentirán más seguros con su lectura en público y además escribirán especialmente para la ocasión.

Por otra parte, la timidez también puede esconder defectos en el aprendizaje que ya hayamos detectado y en este caso la solución llevará más tiempo y esfuerzo. Si el alumno es tímido porque no comprende, ya sea oralmente o por escrito, estamos hablando de otra cosa. O si es tímido porque no es capaz de leer. En estos casos me parece mejor tratar el problema de fondo, ya que la timidez puede ser más un resultado que una causa. Y siempre se puede participar en clase siguiendo un modelo de repetición en el que intervengan todos los alumnos, por parejas. Si la pregunta es: ¿eres Pierre? el alumno debería ser capaz de responder en afirmativa o negativa, por poner un ejemplo básico de nivel inicial que hayamos previamente enseñado y en el que haya tenido la oportunidad de escuchar al resto de sus compañeros.

¿El diccionario en español o en francés?

Hoy abordamos el tema del uso del diccionario en el aula.

La primera pregunta que me viene a la cabeza es si verdaderamente se usa. Quiero decir, si ha sobrevivido a las nuevas tecnologías o si va a sobrevivir.

Tengo alumnos que no lo utilizan y buscan todo en el teléfono o en internet. Por propia experiencia reconozco que es mucho más práctica esta opción, pero recomiendo su uso en el aula, por varias razones.

Exactitud

Es cierto que la rapidez va en detrimento de la exactitud en este tema, y por ello es conveniente el diccionario. Sobre todo a partir de un nivel intermedio y desde luego en un nivel avanzado. Y en estos dos casos, me inclino por uno solamente en español.

Razones educativas

Es cierto que en un nivel inicial deseamos saber el significado exacto de una palabra (y también en otros niveles a veces) por lo cual el diccionario en dos idiomas me parece útil. En el caso de los niveles de primaria podemos también alegar razones educativas, como la de acostumbrarse a manejarlo -que es un fin en sí mismo como fuente de información y referencia-, y además podemos introducir un elemento lúdico al hacerlo:

un concurso en el que se premie al más rápido en encontrar una palabra puede servir para incorporar alumnos en la dinámica de clase que de otra manera sería difícil, al favorecer una habilidad manual más que los conocimientos. (Estoy pensando en alumnos inquietos o poco motivados, en especial los chicos).

Información completa

Es raro que en internet haya más de dos o tres definiciones o acepciones. En un diccionario encontraremos variantes aceptadas en el uso culto o de procedencia geográfica, así como las acepciones familiares, las figuradas (que son tan corrientes en nuestra lengua), las familiares y las hispanoamericanas, claro, o las palabras técnicas. Por último estaría la inclusión etimológica de las palabras, que siempre resulta interesante y la categoría gramatical de las palabras, que a veces no está tan clara por internet.

Una solución intermedia pasaría por utilizar el diccionario de la Real Academia de la lengua, que es más completo que la mayoría de las traducciones en la red y que nos sirve como referencia de las razones arriba expuestas. Aconsejamos su uso cuando tengamos que buscar una palabra con el ordenador o el teléfono móvil y tengamos prisa, pero en clase y como complemento de los otros libros y material que utilicemos, sigamos buscando palabras con el diccionario físico tradicional. Hay versiones muy manejables y en pequeños tamaños que ayudan mucho y resultan más atractivas que los viejos tomos de cartón duro en gran formato de otras épocas.  Y así contribuiremos a la supervivencia de los diccionarios (no sobrevivencia).

Otros recursos para aprender vocabulario en Las Américas

 

Vocabulario activo e ilustradoEli Vocabulario Ilustrado español

 

 

 

 

 

 

 

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Cómo romper el hielo en la clase de español.

Me preguntan qué suelo hacer para comenzar mis clases.

Es verdad que en los colegios, los estudiantes están todavía pensando en la clase anterior, o en la siguiente, o vaya usted a saber dónde mentalmente, por lo cual es recomendable hacer alguna actividad lúdica que les haga olvidar lo anterior y centrarse en la nueva asignatura.

Cualquiera que sea el nivel de la clase, creo que merece la pena dedicarle unos minutos.

Si los alumnos son de primaria:

Resulta muy útil presentarles un objeto o actividad que les guste: música, deportes, recuerdo de un viaje, película, juego de ordenador, etc. Aunque sea con un vocabulario limitado, es una excelente manera de darles un espacio y sentirse protagonistas con algo que no es meramente académico, con lo cual aquí todos están en igualdad de condiciones. Es el momento ideal para introducir palabras de vocabulario que por tratarse de aficiones, seguro van a recordar fácilmente: “Así que te gusta el fútbol, cantar en un coro, tocar el violín, hacer acrobacias…”

Si los alumnos son adultos:

Ya he comentado en el primer artículo que este tiempo lo empleo para hablar del fin de semana y así tener la oportunidad de conocerlos. El vocabulario y la gramática limitarán sus comentarios, pero aunque sean de nivel inicial, podrán decir las palabras “tranquilo, con amigos, en casa, mucho trabajo…” y preguntar ¿Cómo se dice en español jardiner o cuisiner? Como apuntaba entonces, este tiempo empleado en compartir informaciones nos servirá para crear vínculos entre los alumnos y entre ellos y el profesor que crearán un ambiente de confianza para el futuro.

Por ejemplo una de mis alumnas, es capaz de nadar durante más de una hora… 2 kilómetros y medio ¡casi nada! Otra es una escritora de teatro conocida, sobre todo en Francia. Otra selecciona a los cantantes para el Cirque du Soleil. En mi caso siempre les hablo de mi afición al tenis y a correr, habiendo terminado un maratón en el 2014.

Si los alumnos son avanzados:

Los temas de actualidad y política, sea local, nacional o internacional son buenas fuentes para exponer los distintos puntos de vista.

Los crucigramas también son una excelente manera de romper el hielo al comienzo de la clase. Esta idea me la proporcionó otra alumna, que la llevaba a cabo con sus alumnos. Incluir las palabras que ya conocen con otras nuevas y algo de gramática es una buena combinación. En internet hay muchos sitios web que permiten crearlos fácilmente.

Por último, jugar a adivinar un personaje público, un país, una ciudad, etc, es otra opción que se puede hacer al principio o al final de la clase. Se adaptará según el nivel claro. La opción básica sólo permite contestar –si o no- y en un nivel pre-intermedio se pueden dar pistas y respuestas más elaboradas. Aquí también se aprenden expresiones útiles propias de la dinámica del juego: Me toca, te toca, ¿de quién es el turno?

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Tres dificultades en español para alumnos francófonos

Una de las principales dificultades de los alumnos francófonos diría que es la pronunciación de las palabras correctamente.

Acentuar las palabras en la última sílaba

Debido a la influencia de su lengua materna, tienen una tendencia a acentuar las palabras en la última sílaba, algo que es muy fácilmente identificable y que debe corregirse desde las primeras clases. Conozco alumnos de nivel avanzado que hablan de manera muy fluida pero que sin embargo, mantienen este fuerte acento al hablar español.

Este problema puede corregirse identificando la sílaba tónica en español, sobre todo haciendo hincapié en las palabras llanas -que son muchas en nuestro idioma- para que se habitúen a pronunciar la penúltima sílaba. Luego continuaremos con las esdrújulas y por último con las agudas, las cuales no requieren mucha explicación, claro. Yo lo completo con ejercicios de lectura en los que se corrige convenientemente hasta que el alumno consigue un nivel suficientemente aceptable de pronunciación.

El subjuntivo

Otro de los puntos a trabajar, en cuanto a la gramática, es sin duda el subjuntivo. Es cierto que en francés existe y hay un uso similar al español, pero también es verdad que en español lo utilizamos mucho más y con un mayor número de expresiones y verbos. También me han comentado algunos alumnos que en Francia se emplea más que en Quebec, algo que puede también contribuir a esta circunstancia del aprendizaje.

En español si uno se fija, hablamos en subjuntivo continuamente: quiero que vengas, me gustaría que estuvieras aquí, si fuera posible, es injusto que haya desigualdades, que vaya bien, es mejor que me digas la verdad… El imperativo lo enseño a la vez que el presente de subjuntivo por su similitud, claro: Abre la puerta, venid a comer, cierren los libros…

Una recomendación que haría para trabajar el presente es automatizarlo con las expresiones mencionadas y con los deseos de buenas vacaciones o fin de semana: que lo pases bien, que tengas suerte, etc. Así crearán el hábito de manera natural. Los verbos de deseo y voluntad (querer, desear) no suelen presentar problemas por el uso parecido con el francés. En cuanto al imperfecto de subjuntivo, habrá otra ocasión de abordarlo.

Comprensión oral, con sus muchos acentos, ritmos y variantes

Y la tercera cuestión que me viene a la mente es trabajar la comprensión oral, con sus muchos acentos, ritmos y variantes. La mayoría de los alumnos me ha dicho en alguna ocasión que en España se habla muy rápido. Es cierto. Hablamos muy rápido y nos comemos las palabras. Puede que sea un reflejo del estereotipo que nos atribuyen, el no escuchar mucho tiempo al interlocutor que aparece en un artículo del manual que sigo con mis estudiantes. Por eso es bueno escuchar audiciones, vídeos, películas y canciones siempre que sea posible. Por mi propia experiencia puedo decir que tras nueve años en Canadá, muchas veces no comprendo las canciones en francés, lo cual me da una idea del nivel de  dificultad de este aspecto del aprendizaje.

Así aprenderán que no es lo mismo escuchar a un mexicano que a un cubano, a un andaluz que a un catalán, a un colombiano que a un argentino o uruguayo, o a un salvadoreño. Los ceceos y seseos o las aspiraciones de vocales y consonantes necesitan trabajarse e identificarse. Y desde luego creo que, como profesor,  es útil hablar más rápido cuanto más alto sea el nivel a impartir.

Las ideas y opiniones aquí expresadas pertenecen al autor. No se pueden copiar ni reproducir sin su consentimiento y son la base de un material que se publicará con posterioridad.

Recursos disponibles en Las Américas:

Revista Puntoycoma con CD de audio que incluye distintos acentos.

Practica tu español, el subjuntivo. Nivel B1

Una lengua social para disfrutar la vida

En el artículo anterior comentaba la importancia de que crezca la relación con nuestros alumnos, cosa que sólo conseguiremos con tiempo y atención. Al igual que otra inversión, necesita ambos factores.

Y también mencionaba el aspecto social de la cultura, al interesarnos por las fiestas, cumpleaños y eventos para conocer a nuestros alumnos. Y esto me sirve de preámbulo para centrarnos en enseñar los aspectos que más nos gusten de ella y que por ende, mejor podamos transmitir en clase.

Y esta es otra manera de enseñar la lengua que debemos aprovechar, claro: tenemos la gran suerte de que el español es una lengua que ofrece una gran poder de atracción para los estudiantes,  por varias razones: la primera es que se identifica a la gente que lo habla con un estilo de vida ligado a los amigos, la familia, la gastronomía, la música, el baile y las manifestaciones culturales y artísticas.

Sólo uno de estos elementos sería suficiente para apuntarse a un curso de español. Las películas francesas y la literatura fueron razones que me sedujeron para aprender el francés hace muchos años. Hoy, la mayoría de los alumnos conocen a Gael García Bernal o González Iñárritu  por el cine; A Shakira o Buena Vista Social Club si hablamos de música. A Rafa Nadal, o Messi si habláramos de deportistas. A Picasso o Frida Kahlo en pintura, García Márquez o Cervantes en literatura…

Si seguimos con gastronomía, qué decir de la calidad y diversidad de la comida peruana, la mexicana reconocida como Patrimonio inmaterial de la Humanidad o famosos cocineros como Ferrán Adriá en España.

Los estudiantes seguro que conocen a muchos de los personajes mencionados, y como profesores seguro que tenemos nuestras preferencias. Que sirvan para estimular nuestras clases y transmitir la pasión a los alumnos. Porque algo es cierto: puede no gustarles el artista en cuestión, pero si alguien habla de él con entusiasmo, es muy probable que conectemos en clase y aprecien el gesto.

Los viajes, sin duda, son otro de los elementos que tenemos que aprovechar: mis estudiantes conocen más países hispanohablantes que yo, lo cual es significativo. Si alguno ha viajado a uno de ellos o acaba de regresar hace poco, es un momento excelente para que todos lo conozcan: dos de mis estudiantes han estado en Costa Rica, y así he aprendido sobre el Parque Nacional Manuel Antonio, el volcán Arenal, las playas espectaculares (del Caribe y del Pacífico), las excursiones nocturnas para ver las serpientes, las visitas guiadas para descubrir las aves y los bosques tropicales de fábula en los Quetzales.

La contextualización cultural del aprendizaje de la lengua no solo confiere un valor añadido a dicho aprendizaje sino que es, además, de gran ayuda a la hora de establecer un excelente clima social en el aula.

¿Cómo estableces el contexto cultural en tus clases?

Que crezca la confianza

El objetivo de los artículos que aquí comienzan es facilitar la reflexión sobre ciertos aspectos del aprendizaje del español que, según mi experiencia, merecen ser tomados en cuenta. Esto no quiere decir que sea un experto, ni mucho menos. Tengo la suerte de tener unos alumnos estupendos, una dimensión de las clases reducida y de dedicarme a la enseñanza de adultos. Todo ello significa que no tengo que lidiar con muchos aspectos de la educación que me resultaban incómodos como la disciplina en el aula (con niños y adolescentes), las notas, los programas y la obligatoriedad del aprendizaje.

Si no tenemos presente que detrás del alumno hay una persona, poco vamos a conseguir.

El primer punto al que presto cada vez más atención es que crezca la relación con mis alumnos. Si no tenemos presente que detrás del alumno hay una persona, poco vamos a conseguir. Es una oportunidad que, como Continuar leyendo «Que crezca la confianza»