Me preguntan qué suelo hacer para comenzar mis clases.
Es verdad que en los colegios, los estudiantes están todavía pensando en la clase anterior, o en la siguiente, o vaya usted a saber dónde mentalmente, por lo cual es recomendable hacer alguna actividad lúdica que les haga olvidar lo anterior y centrarse en la nueva asignatura.
Cualquiera que sea el nivel de la clase, creo que merece la pena dedicarle unos minutos.
Si los alumnos son de primaria:
Resulta muy útil presentarles un objeto o actividad que les guste: música, deportes, recuerdo de un viaje, película, juego de ordenador, etc. Aunque sea con un vocabulario limitado, es una excelente manera de darles un espacio y sentirse protagonistas con algo que no es meramente académico, con lo cual aquí todos están en igualdad de condiciones. Es el momento ideal para introducir palabras de vocabulario que por tratarse de aficiones, seguro van a recordar fácilmente: “Así que te gusta el fútbol, cantar en un coro, tocar el violín, hacer acrobacias…”
Si los alumnos son adultos:
Ya he comentado en el primer artículo que este tiempo lo empleo para hablar del fin de semana y así tener la oportunidad de conocerlos. El vocabulario y la gramática limitarán sus comentarios, pero aunque sean de nivel inicial, podrán decir las palabras “tranquilo, con amigos, en casa, mucho trabajo…” y preguntar ¿Cómo se dice en español jardiner o cuisiner? Como apuntaba entonces, este tiempo empleado en compartir informaciones nos servirá para crear vínculos entre los alumnos y entre ellos y el profesor que crearán un ambiente de confianza para el futuro.
Por ejemplo una de mis alumnas, es capaz de nadar durante más de una hora… 2 kilómetros y medio ¡casi nada! Otra es una escritora de teatro conocida, sobre todo en Francia. Otra selecciona a los cantantes para el Cirque du Soleil. En mi caso siempre les hablo de mi afición al tenis y a correr, habiendo terminado un maratón en el 2014.
Si los alumnos son avanzados:
Los temas de actualidad y política, sea local, nacional o internacional son buenas fuentes para exponer los distintos puntos de vista.
Los crucigramas también son una excelente manera de romper el hielo al comienzo de la clase. Esta idea me la proporcionó otra alumna, que la llevaba a cabo con sus alumnos. Incluir las palabras que ya conocen con otras nuevas y algo de gramática es una buena combinación. En internet hay muchos sitios web que permiten crearlos fácilmente.
Por último, jugar a adivinar un personaje público, un país, una ciudad, etc, es otra opción que se puede hacer al principio o al final de la clase. Se adaptará según el nivel claro. La opción básica sólo permite contestar –si o no- y en un nivel pre-intermedio se pueden dar pistas y respuestas más elaboradas. Aquí también se aprenden expresiones útiles propias de la dinámica del juego: Me toca, te toca, ¿de quién es el turno?
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